La edad media de jubilación se situó en 2023 en los 65,1 años, según anunció el secretario de Estado de la Seguridad Social y de Pensiones, Borja Suárez, a través de las redes sociales. Esta cifra supone un retraso de tres décimas respecto a los datos de 2022 —entonces fue de 64,8—, y supera por primera vez el umbral de los 65 años. El crecimiento de esta variable ha resultado una constante desde 2019, habiéndose incrementado en siete décimas a lo largo de los últimos cuatro años.

Desde que en 2013 entrase en vigor la norma que establecía un aumento progresivo de la edad de jubilación hasta situarla en los 67 años en 2028 —en este año 2024 es de 65 años para quienes tengan cotizados 38 años; y 66 años y seis meses para quienes hayan cotizado por debajo de este tiempo—, la edad media de jubilación apenas ha experimentado cambios sintomáticos entre 2014 y 2018. De hecho, comenzó y acabó este periodo en los 64,2 años, y tan solo bajó una décima en 2015 y 2016, que después ha vuelto a recuperar en los últimos dos años.

El aumento de la edad media de jubilación en 2023 tiene relación directa con el porcentaje de jubilaciones demoradas que se produjo el año pasado. Según datos de la Seguridad Social, el 8,1% de las jubilaciones fue de este tipo, 2,7 puntos más que en el ejercicio anterior. Se trata, además, de un porcentaje que prácticamente se ha duplicado en el último lustro (en 2018 fueron el 4,5% del total).

Otra de las variables que advierte de un cambio de paradigma a la hora de abandonar el mercado de trabajo es que la edad de las personas que decidieron hacerlo antes de alcanzar el cómputo legal se retrasó en dos décimas en 2023 respecto de la de 2022, pasando a ser de 63,2 años. “[Estas jubilaciones] representaron el año pasado el 34,3% del total de altas, cuando en el 2018 superaban el 43%”, ha celebrado Suárez en su perfil de X (antes Twitter). “Las medidas que se han puesto en marcha y la sustancial mejora del mercado de trabajo, gracias a la reforma laboral, contribuyen a reforzar el sistema público de pensiones”, se ha felicitado el secretario de Estado.

Los últimos datos del Ministerio que dirige Elma Saiz recogen un ligero descenso en el número de altas iniciales de jubilación, que fue de 326.949 (923 menos que en 2022), siendo el 65,7% de ellas acordes con la edad ordinaria. La pensión media de estas altas fue de 1.453,14 euros mensuales (20.344 al año), 26,4 euros menos (369,46 anuales). La prestación que recibieron las mujeres, de media, volvió a situarse por debajo de la de los hombres (1.333,81 euros frente a 1.741,15, respectivamente), y la brecha de género se redujo levemente, en 0,61 puntos.

En cuanto al colectivo de autónomos, el número de altas totales de jubilación fue de 55.563, 1.711 más que en 2022, siendo el 85% a la edad ordinaria. La pensión media que ingresaron fue de 933,84 euros al mes, 19,32 euros más que el año anterior.

La edad media de jubilación es la variable que determina a qué edad decide un trabajador retirarse del mercado, independientemente de si alcanza (o no) la edad legal para hacerlo. Por lo tanto, que la edad legal se retrase no lleva aparejado, necesariamente, un retardo en las jubilaciones. Sin embargo, las distintas medidas que se han venido implementado tras la aprobación de la última reforma de las pensiones —que se gestionó en dos partes— han buscado incentivar a los trabajadores para mantenerse más tiempo en el mercado.

Distintas fórmulas

Una de las últimas que presentó el anterior responsable del Ministerio de Seguridad Social, José Luis Escrivá, en marzo de 2023, fue la de poner en marcha una “fórmula mixta” que permitiera compaginar un aumento porcentual de la pensión y la percepción de un pago único en el momento de jubilarse.

“Aquellos que opten por esta nueva fórmula y que retrasen su jubilación entre dos y diez años recibirán simultáneamente un incremento de su pensión del 2% por cada año que demoren el acceso a la jubilación, y un pago único equivalente a la mitad del que le correspondería si se decantasen por la fórmula actual del pago único. Si se ha retrasado 11 años o más, el incentivo será de un pago único aplicado a cinco años del periodo demorado y un incremento del 2% de la pensión por cada año de demora”, explicó entonces el ministerio en una nota de prensa.

La estrategia que plantea el ministerio tiene el objetivo de retrasar la edad real de jubilación como una de las fórmulas para hacer frente al retiro de los boomerslos nacidos entre finales de los años cincuenta y finales de los años setenta—, una generación muy numerosa y que percibirá prestaciones más elevadas que las actuales.

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