El jueves se empezó hablando en Estados Unidos de la 14ª Enmienda de la Constitución y se acabó hablando de la 25ª. Por la mañana, una vista en el Tribunal Supremo debatía si el expresidente Donald Trump debe ser inhabilitado para presentarse a las elecciones por haber tomado parte en una insurrección, en referencia al asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Por la tarde, congresistas republicanos alegaban que había llegado el momento de aplicar la 25ª Enmienda, prevista para incapacitar al presidente si no está en condiciones de ejercer el cargo. Dio pie para ello el informe del fiscal especial Robert Hur, que retrataba al presidente Joe Biden como “un anciano con mala memoria” que no recordaba cuándo fue vicepresidente ni cuándo murió su hijo. Esas menciones, y muchas otras en el mismo sentido, han indignado al mandatario, a sus abogados y a los demócratas. La Casa Blanca ha criticado, además, que el documento diga que Biden retuvo documentos intencionadamente cuando el propio informe señala que no hay pruebas para afirmarlo.
La 25ª Enmienda, aprobada tras el asesinato del presidente John F. Kennedy, es un procedimiento para sustituir al presidente en caso de muerte, destitución, dimisión o incapacidad. “¿Biden no recuerda su época como vicepresidente, pero, de alguna manera, está cualificado para ser presidente durante otros cuatro años?”, se ha preguntado Josh Hawley, senador por Misuri. “Nueva defensa de Biden ante una conducta por lo demás delictiva: es un anciano incapaz de recordar quién es, dónde está o qué ha hecho”, ha insistido. “Es hora de la 25ª Enmienda”, ha dicho, en referencia a esa norma constitucional, que marca que la persona que ocupe la vicepresidencia sustituya al presidente si este es “incapaz de cumplir con los poderes y obligaciones de su cargo”.
“O bien Biden está mentalmente capacitado para ser juzgado y debe ser acusado por mal manejo de documentos clasificados como vicepresidente, o bien no está capacitado para servir como presidente. No hay término medio”, ha tuiteado la congresista por Nueva York Claudia Tenney, que ha pedido que se explore la aplicación de la 25ª Enmienda en una carta dirigida al fiscal general, Merrick Garland: “Le corresponde a usted explorar los procedimientos para destituir al presidente de conformidad con la 25ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos. El presidente Biden necesita ser acusado, o necesita ser destituido”, escribió Tenney, según el texto de la misiva adelantado por la conservadora Fox.
En realidad, ha habido una avalancha de mensajes en ese mismo sentido: “Este informe califica a Biden de ‘anciano bienintencionado con mala memoria’. Eso no describe a alguien que debería ser el comandante en jefe de nuestras fuerzas armadas y el defensor de las libertades estadounidenses. Es hora de que su Gabinete invoque la 25ª Enmienda, ha escrito el senador por Florida Rick Scott. “Si alguna vez hubo un momento para invocar la 25ª Enmienda, ¿no es ahora?”, se ha preguntado Mike Lee, senador por Utah. El representante de Georgia Mike Collins no se lo pregunta, sino que lo afirma: “Nunca ha habido un caso más fuerte para la 25ª enmienda que ahora”.
“Su actual estado mental y físico debería impedirle ser presidente de Estados Unidos”, tuiteó el representante por Carolina del Norte Greg Murphy. “El informe de hoy de Robert Hur nos dice dos cosas: hay un doble rasero de justicia en este país. Y Joe Biden no es apto para el cargo”, señaló Jim Jordan, presidente de la Comisión Judicial del Senado. “Debemos exigir que se invoque la 25ª enmienda o el impeachment [proceso político]”, ha tuiteado Marjorie Taylor Greene, congresista por Georgia y fiel escudera del expresidente Donald Trump, que retuiteó muchos mensajes en ese sentido.
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“Por la seguridad de nuestra nación, Joe Biden debe dimitir”, ha escrito Mary Miller, representante republicana por Illinois. “No puede recordar hechos básicos de su vida. No es competente para permanecer como comandante en jefe y cada día que continúa, pone a Estados Unidos en riesgo. Si no renuncia, el Gabinete debe invocar la 25ª Enmienda”, ha añadido.
El informe del fiscal ha indignado a los demócratas, empezando por el propio presidente: “Soy bienintencionado y soy un hombre mayor. Y sé qué demonios hago. He sido presidente, puse este país de nuevo en pie. No necesito su recomendación”, dijo Biden en una comparecencia este jueves en la Casa Blanca. “Mi memoria está bien”, aseguró en esa pequeña rueda de prensa, en la que a ratos mostró agilidad mental, pero también cometió un inoportuno desliz al referirse a Egipto como “México”.
Los abogados de Biden pidieron sin éxito que del informe se eliminasen algunas de las menciones “incendiarias” a la memoria y la agudeza mental del expresidente, que consideraban fuera de lugar y una tergiversación de lo ocurrido.
Ataque “políticamente motivado”
El fiscal golpea donde más les duele a los demócratas. Los votantes consideran que Biden es demasiado mayor para optar a la reelección y un informe con el sello del Departamento de Justicia parece rubricarlo, aunque los autores no sean médicos sino abogados. Para Trump, que fue el que nombró fiscal a Hur, es el regalo perfecto en un año electoral en que aspira a volver a la Casa Blanca.
Algunos demócratas también han salido en público a defender al presidente. Ha destacado la defensa que ha hecho de él su vicepresidenta, Kamala Harris, que ha calificado de “imprecisos, inapropiados y gratuitos” los comentarios del fiscal en su informe. Harris ha elogiado cómo Biden coordinó la reacción de Estados Unidos al ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre, el mismo fin de semana en que el fiscal le interrogó. Y ha atacado al fiscal: “La forma en que se ha caracterizado el comportamiento del presidente en ese informe, no podría ser más errónea en los hechos y claramente, políticamente motivada y gratuita. Por eso diré que cuando se trata de la función y la responsabilidad de un fiscal en una situación como esa, deberíamos esperar que hubiera un mayor nivel de integridad de lo que hemos visto”, ha dicho.
Ian Sams, portavoz de la Oficina del Asesor Jurídico de la Casa Blanca, ha señalado este viernes que los “comentarios gratuitos” sobre la memoria del presidente Biden son “erróneos e inexactos”. “El caso está cerrado porque los hechos y las pruebas no apoyan las teorías”, ha dicho, criticando que en el informe se afirme que Biden retuvo intencionadamente documentos clasificados cuando luego el documento señala que no hay pruebas de ello. Ha refutado también otras afirmaciones del fiscal y ha dicho que el informe vulnera las directrices, políticas y protocolos del Departamento de Justicia con parte de su contenido. La portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha defendido los logros de Biden y su capacidad para ser presidente.
La representante por Pensilvania Susan Wild, también ha defendido a Biden en declaraciones a NBC News después de ver al presidente el jueves. “Es muy agudo, no tiene problemas de memoria, y su único tropiezo es cuando tropieza con palabras coherentes con su impedimento del habla de toda la vida”. Biden tuvo problemas de tartamudez y con frecuencia tenía lapsus y meteduras de pata cuando era joven. Ahora, sin embargo, esos errores se utilizan como munición contra él.
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