El presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, en pleno semestre de presidencia española de Consejo Europeo, ha llamado este domingo a su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, para trasladarle por un lado apoyo y condena por los “atentados terroristas” de Hamás, pero a la vez para hacerle llegar de forma directa su “honda preocupación por la protección de todos los civiles”, también los de Gaza que están sufriendo los bombardeos israelíes. También le reclama que Israel acepte un “alto el fuego humanitario” y permita que entre más ayuda en la Franja.

Sánchez ha hecho esta llamada después de verse el sábado en Egipto con el líder de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas. Ambos participaron en una cumbre en El Cairo para buscar soluciones a la crisis. Sectores de la oposición habían criticado a Sánchez por verse con Abbas pero no llamar a Netanyahu. Esa conversación telefónica es el primer contacto entre ambos desde el estallido de la guerra tras la mayor matanza de civiles israelíes perpetrada por Hamás el pasado día 7.

La cuestión de la guerra en Gaza se ha instalado en el debate político español y el PP acusaba a Sánchez de estar demasiado cercano a los palestinos y olvidarse de Israel. La posición de Sánchez desde el primer día es la que ha trasladado a Netanyahu: condena rotunda sin paliativos del “ataque terrorista de Hamás” y reivindicación del derecho a defenderse de Israel, pero dentro de unos límites: “El respeto al derecho internacional y el derecho internacional humanitario”, lo que descarta los bombardeos sobre civiles y muy claramente el corte de suministros, agua, luz, alimentos y el rechazo a la entrada de ayuda humanitaria.

Sin embargo, la posición de algunas ministras, en especial Ione Belarra, de Podemos, que habló de “genocidio” de Israel contra los palestinos, llevaron a una crisis diplomática entre los dos países cuando la embajada de Israel en España hizo un comunicado durísimo en el que acusaba al Gobierno español de connivencia con Hamás y de alentar el antisemitismo. La respuesta de La Moncloa fue rotunda y Exteriores hizo un comunicado muy duro criticando por inaceptable el texto de la embajada que consideraba un “hecho no amistoso”. El incidente se dio por resuelto por parte de España con este comunicado de respuesta y las relaciones se mantienen. Tanto es así que han podido hablar los dos líderes unos días después.

Precisamente este domingo también ha llamado a Netanyahu el presidente de EE UU, Joe Biden. El líder estadounidense viajó la semana pasada a Tel Aviv, algo que aún no ha hecho Sánchez pero sí otros líderes europeos como el alemán Olaf Scholz. Con esta llamada, el presidente español quiere dejar claro que está muy encima de la crisis, que quiere jugar su papel como líder del país que ejerce la presidencia de turno del Consejo Europeo, y despejar las críticas de la oposición que le acusan de estar más cerca de un lado del conflicto.

El mensaje que ha trasladado Sánchez a Netanyahu, según lo que ha contado el propio presidente español en las redes sociales, muestra claramente esa posición intermedia de rechazo a Hamás y solidaridad con Israel pero también un respaldo a la población palestina en Gaza que sufre los bombardeos y un aviso a Israel de que debe respetar las normas de la guerra y el derecho internacional. “He reiterado al primer ministro Netanyahu mi solidaridad con las familias de las víctimas. Los rehenes deben ser liberados de inmediato y sin condiciones. Asimismo, le he trasladado mi honda preocupación por la protección de todos los civiles y la necesidad de que la ayuda humanitaria llegue a la población de Gaza de manera suficiente y sostenida. Para ello, es necesario un alto el fuego humanitario. Hay que evitar que el conflicto se extienda al resto de la región. Debemos abordar una solución definitiva para la paz, basada en la solución de dos Estados, Israel y Palestina, que coexistan en paz y seguridad”, asegura Sánchez.

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El día anterior, en la cumbre en Egipto, Sánchez había trasladado un mensaje similar al que le lanzó en persona a Netanyahu. Sánchez declaró allí que las prioridades deben ser proteger a los civiles y garantizar su acceso a ayuda humanitaria, liberar a los rehenes a manos de Hamás, y evitar que el conflicto se expanda en la región, y pidió trabajar para la solución de los dos Estados. Otras delegaciones europeas pusieron también el foco en la cuestión humanitaria y el respeto al derecho internacional. En la cita con Abbas, según Sánchez, el español le trasladó el “apoyo y la solidaridad” de los españoles “con el sufrimiento de la población en Gaza”. “España incrementará la ayuda humanitaria y la cooperación a Palestina”, prometió.

Este lunes, como forma de confirmar su interés en este conflicto y su deseo de escuchar a las dos partes y ser sensible a todas las posiciones, Sánchez ha organizado en La Moncloa dos encuentros. Primero uno, a las 9.30, con “representantes de la comunidad judía”, y después otro, a las 10.30, con “representantes de la comunidad musulmana”. La segunda es mucho más numerosa en España que la primera, pero ambas tienen una larga tradición e influencia política. En los encuentros estará el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, que también se ocupa de las relaciones con las distintas religiones presentes en el país.

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